Embajador Luis Larraín Cruz

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jueves, 19 de abril de 2012

Las "perlas" de la Cumbre de las Américas

Las "perlas" de la Cumbre de las Américas

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Obama_sin_corbataEl blog de CARLOS FUENTE
Con independencia de las singularidades propias en la cultura de cada país, desde el punto de vista de Protocolo, la VI Cumbre de las Américas, celebrada en Cartagena de Indias (Colombia) nos aporta algunas cuestiones que indudablemente son de interés para los profesionales de la organización de eventos. Siempre se ha venido señalando que el Protocolo en las relaciones entre los países, en definitiva el vinculado a la diplomacia, tenía sus rigideces difíciles de salvar, y especialmente encuentros al máximo nivel. Sin embargo, la Cumbre de las Américas nos ha dejado algunas imágenes para la reflexión.
Se ha venido diciendo -incluso muchos siguen afirmando- que el Protocolo en las cumbres importantes entre países está sujeto a ciertas formalidades difíciles de romper. Piensan muchos que las nuevas tendencias organizativas son solo de aplicación en eventos empresariales o actos oficiales más informales. Sin embargo, esta cumbre, con presencia de jefes de Estado, primeros ministros y ministros de países americanos, entre otros altos cargos, ha dejado algunas "perlas" que no pueden pasar desapercibidas.
En primer lugar, el acceso de los mandatarios al Centro de Convenciones. Lo hacen como si de premiados en una ceremonia cinematográfica se tratara. Acceden desde la puerta principal trasera, previo anuncio de la conductora del acto, acompañados de quienes acudieron con consortes, bajando por la escalera central y dirigiéndose los mandatarios al escenario y los acompañantes a las primeras filas reservados para ellos. Algo que si no me equivoco rarísimas veces hemos visto.
En segundo lugar, la etiqueta. Ha habido de todo. Desde las mejoras galas de Evo Morales, los elegantes vestidos de las presidentas de Argentina y Brasil, la camisa sin corbata y chaqueta del anfitrión (presidente de Colombia), la chaqueta y camisa sin corbata de Obama, alguna Guayabera de otros y cómo no algún traje impecable con corbata. Toda una diversidad de etiqueta en una cumbre de notable trascendencia para la región. Ver a un impecable Presidente de los Estados Unidos de América sin su corbata, cuando puede desprenderse que no se ha señalado una vestim
enta determinada. Eso sí, con su pin con la bandera americana.

En tercer lugar, la apertura del evento con la interpretación del Himno colombiano a cargo de una de las cantantes de mayor renombre internacional colombiana, Shakira, que no tuvo inconveniente alguno en situarse en el escenario, por delante de los mandatarios y a "capella" cantar el citado himno. Ella curiosamente, decidió portar una camisa blanca con una femenina corbata negra rompiendo su propio protocolo. Por instantes todo parecía al revés.
Tras los discursos del Secretario General de la OEA y la representante de Naciones Unidas, que no ocuparon lugar en la presidencia y salieron desde sus puestos en las primeras filas de público, la organización recurrió a un video de presentación de Colombia y Cartagena de Indias al mundo, un video que se fusionó a la realidad cuand
shakira_1_cumbre
o la niña protagonista del video, en continuidad con el mismo hacía entrada al salón principal, y con un colibrí con las plumas de la imagen corporativa se plantaba ante los mandatarios y en apenas unos segundos hacía referencia a la unidad de los pueblos. Momento emotivo.
Vino después el discurso del Presidente anfitrión, que hubo de sufrir los problemas de algo incomprensible como el escaso pasillo que le dejaron entre las dos filas de mandatarios para dirigirse hasta el atril, debiendo en algún momento pedir a los presidente que se apretaran para poder pasar. Medio metro más de anchura hubiera sido suficiente para que este recorrido hubiera tenido la solemnidad que requiere. Ya en su ingreso al asiento reservado en la mesa tuvo sus más y sus menos especialmente cuando se topó en el camino con un "largirucho" presidente de EE.UU. a quien prácticamente el anfitrión hubo de empujar su silla (menos mal que era de ruedas) para poder seguir su camino.
Se cerraba la ceremonia inaugural con un espectáculo folclórico típico colombiano que francamente dejó mucho que desear. Pienso que a cualquiera con experiencia se le hubiera ocurrido cientos de soluciones impactantes y atractivas. En nuestra opinión la escenografía dejó mucho que desear, ajena a la imagen que la organización debía de transmitir, con ese exceso de banderas. En las cumbres numerosas deberían habilitarse soluciones alternativas que den otro aire y otra imagen, en línea con el sentido de estos encuentros pensados para fortalecer relaciones institucionales y humanas, éstas tan importantes en la diplomacia actual, y decisivas para la resolución de conflictos.
De todo ello, quisiera llamar la atención sobre tres aspectos poco habituales y que nos van señalando una nueva visión en la organización de actos de este tipo: la etiqueta, más relejada (aunque no todos lo entiendan así) para trasladar una imagen más cercana y de trabajo. Hay quien sigue diciendo que la corbata es fundamental. Colombia y en especial Obama ha demostrado que no necesariamente. Igualmente, es necesario comentar cómo puede integrarse en una ceremonia internacional "celebridades sociales" que pueden aportan valor añadido a lo que se está haciendo (entendiendo como valor añadido en el sentido de acercarlo al pueblo), algo que también hasta ahora parecía vedado en una ceremonia oficial internacional televisada al mundo. O la presencia juvenil de la niña en un video espectacular que interactúa desde la grabación a su presencia real en el salón. No es que sea muy original en un evento, pero desde luego sí para unas cumbres tan encorsetadas.
Estamos ante nuevos esquemas en los que se van incorporando tendencias de eventos que restan ceremoniales muy oficializados e incorporan formatos más de nuestro tiempo. No es que desde nuestra modesta opinión haya sido un acto de referencia, pero sí una clara confirmación de que la diplomacia al máximo nivel comienza a consolidar cambios singulares. Vendrán más, y serán de mayor éxito -estamos convencidos- cuando los responsables de la organización dejen de ser determinados diplomáticos que piensan que lo importante es solo el orden alfabético de los países o de las banderas o cómo atender a los mandatarios o similar. Pero para organizar ceremonias que aporten frescura y modernidad (no tienen por qué encorsetarse a discursos e himnos), hay ya expertos capaces de convertir instantes como éstos en actos de impacto que además de romper su frialdad proyecten imagen de país. Tema serio ahora que la cuestión de la "marca nacional" es tan importante.
La reunión de Cartagena de Indias es, por otra parte, una severa llamada de atención a los prolíficos escritores y comentaristas del "saber estar", que siguen sin enterarse que estamos en el siglo XXI y que los tradicionales modales, etiqueta y demás también evolucionan. Tenemos los profesionales e investigadores en esta materia la responsabilidad de reinventar esta parte del Protocolo sino queremos que la palabra no siga asociándose a cosa de reyes, mandatarios y diplomacia. Otro reto.
Dejamos en esta columna algunos enlaces donde pueden apreciarse todos estos aspectos a los que hemos hecho referencia.
Fuente:

Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU( 
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